dimanche 3 février 2008

Lunes 2 de julio del 2007


Tras casi una semana in situ y muchos trámites, el programa de trabajo en Ecuador empieza a tomar cuerpo. Había pensado que hubiera sido más rápido, ¡ pero suele pasar así por aquí !Estando la oficina de Nuevos Horizontes excepcionalmente cerrada este lunes, sólo mañana sepamos si están aceptadas las fechas propuestas para intervenir en la cárcel de mujeres de Quito y en la Casa de la Magdalena, centro social de ayuda para familias con dificultades grandes. Si llega el caso, estarémos el jueves y el viernes en la cárcel, el sábado en la Magdalena, y el domingo en Pisulí con las familias del Plan Ecuasol, organización franco-ecuatoriana.

Pisulí es lo que llaman aquí un “barrio marginal”, barrio muy pobre situado en un suburbio norte de Quito. Viven allá familias que dejaron sus zonas campesinas con la esperanza de encontrar aquí un trabajo más lucrativo. Lo que resulta de esas “invasiones”, según el término localmente dedicado, es una colonización progresiva de las cuestas de los volcanes que rodean la ciudad; cuestas en las que se desarrollan rápido esos barrios, cada vez más alto y más lejos del centro. Por supuesto, no benefician de los servicios municipales como transportes, agua corriente, luz. El cartero no va más allá de Cotocollao, último bastión de civilización. El agua (de pago) está una vez en la semana llevada por camiones cisternas de la municipalidad; y la luz, cuando hay, viene por enchufes huraños en los últimos reverberos, mucho más abajo… Sin embargo, menos unos detallitos, ninguna diferencia con otra ciudad. Se encuentra de todo aquí, desde el peluquero de damas hasta la tienda de zapatos, restaurantes, cyber-cafés, panaderías que tienen hasta pasteles de cumpleaños… Este barrio sigue sufriendo de una mala fama datando de 20 años atrás, cuando una guerra de gangs tenía violencia con el barrio vecino, el Comité del Pueblo. Aquí, la edad media del primer embarazo es 15 años.

En esas condiciones de gran pobreza, el Plan Ecuasol atiende al trabajo escolar de 50 niños del barrio, la mayoría viviendo en familias monoparentales (madres solteras criando hasta 7 hijos). Serán entonces los mayores de esos niños, pero también sus hermanos y hermanas mayores, cómo sus padres con quienes vamos a trabajar el domingo que viene.



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